martes, 23 de marzo de 2010

Lo oculto

Lo que está pasando con los casos de pederastia en la Iglesia Católica es una auténtica tragedia y tardará mucho tiempo en recuperarse del terrible impacto que ha causado en la sociedad.
La Iglesia ha demostrado una de las facetas más inmundamente humanas y sólo es de esperar que le haga recapacitar sobre diferentes conceptos.
Uno de ellos, su concepto de la sexualidad. Es posible que haya una nueva vuelta de tuerca y se encastille aún más en la necesidad del celibato para los sacerdotes y en una interpretación muy restrictiva de la sexualidad humana, como una fuerza destructiva. Creo que la Iglesia se equivoca profundamente al no entender toda la extensión de la faceta erótica del ser humano. Estoy de acuerdo en que vivimos en unos días en los que el sexo y el erotismo lo llenan todo; que hasta para vender un lápiz se hace alguna alusión al sexo, pero de ahí a abogar por una actitud mojigata y castradora va un abismo. Me temo que la Iglesia no va a hacer una reflexión.
El segundo es que tenga una cura de humildad. Bien dice el Evangelio que no hay nada oculto que no haya de manifestarse y esto es lo que ha pasado. La Iglesia siempre ha puesdto en práctica una política de cubrir un tupido velo mientras que se pueda evitar el escándalo. Esto tampoco es serio y desde luego no es honesto.
Da mucha pena que la extraordinaria labor que la Iglesia ejerce en muchos ámbitos se vea malograda por uno de los peores escándalos que cualquier organismo puede afrontar. Ojalá sirva de algo esta crisis por la que le toca pasar.

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